surge mágico este estertor caníbal

que se muerde a cada instante los miembros del poema

y deja sólo ileso el cordón umbilical

para instaurar mañana un misterioso libro

de metáforas cautivas en silencios

martes, 11 de mayo de 2010

Nastassja

I


Voz femenina

fémina, fábula,

casta, sonámbula, esdrújula, nínfula

verdad pronunciada claramente, libre y deliberadamente

Soledad vaciada a la sonrisa de tus piernas

y al deseo

(Deseo

el sueño andante

sonámbulo

trágico deseo)

Cabalga las noches de mis sueños

Perdido

Fecunda los campos, palabra nutrida,

de vertidos sueños desesperantes y fortuitos

Sápida

Sáciame en la noche del insomnio

la noche del silencio atesorado

—jamás confeso—

archipiélago herido y balbuceante

que enmudece ante tu voz

tu voz que fluye de dentro

de lo profundo y sabio,

sabio y tibio

—húmedo—

de la tierra, la serpiente y la arena


Mi voz te canta y celebra

—tirita—

te habla y redivive

de algo hace años muerto

roto

interrumpido y frágil

Pero vivo


II


Mi voz que te habla desde la noche en que estoy

de la danzante yaga y el archipiélago errante

de la agonía del péndulo herido

del minúsculo errado, de la hora de ayer

del toro ensangrentado, enraizado y cautivo

del numen, y la mentira en que vivo a diario

mudo espectador de mi deseo y de ti

mudo espectador

de los prohibidos sueños; de la garganta herida a tanto pegar gritos a la nada

de la atenta mirada —Argos discreto—

que sigue el lúdico camino en que estás

allá, de donde viene el rumbo de tu voz

de donde el tiempo teje, en misteriosos alaridos, una red ensangrentada de silencios

de donde surge mágico el estertor caníbal

que se muerde a cada instante los miembros del poema

y deja sólo ileso el cordón umbilical

para instaurar mañana un misterioso libro de metáforas cautivas en silencios


Mi voz despierta, se yergue

del dicho al hecho

del coagulado lecho

para mirar urgente la mañana y no sentir ya nada sino la vana alegría del asesino

y buscar en vano tu palabra y tu voz, y saber que no hay nada.


miércoles, 7 de abril de 2010

Erick el erizo

Y aunque el abrazo de un erizo
sea lo mismo que perderte
Mikel Erentxun


Erick el erizo estaba solo y añoraba la vida que se vivía fuera de sus espinas. Sin embargo no podía acercarse a nadie que no se sintiera repelido por el miedo de espinarse. Incluso a sus pocos amigos, que, preocupados, procuraban estar cerca, les resultaba imposible franquear la barrera de espinas que aislaba a Erick del mundo.

Una madrugada, frente al televisor, Erick tuvo una revelación que lo impactaría profundamente: Mientras miraba en la televisión un documental sobre los faquires de la India y su ascetismo extremo, el locutor mencionó que entre otros de los muchos tormentos a los que se sometían estos hombres estaba la martirizante penitencia de dormir sobre una cama cubierta en su totalidad por clavos puntiagudos y erectos.
La imagen del hombre enjuto reposando todo el peso de su cuerpo sobre las puntas afiladas de los calvos era impactante. Se podía ver incluso, como los filosos punzones penetraban la piel delgada y expuesta del faquir, pero, sorprendentemente, éstos no lograban traspasarla. El instruido locutor explicaba que la piel de iniciado no sufría ningún daño debido a que el escaso peso de su cuerpo se repartía uniformemente sobre la ínfima superficie de las puntas afiladas de tal forma que en ninguna se ejercía la presión suficiente para que éstas lograran herir su piel, ya no se diga atravesar el cuerpo del practicante.

Así, el erizo comprendió que la única forma en que podía conseguir tener contacto con el mundo sin sentirse culpable por el daño que pudiera infringirle era entregándose al mundo por completo, sin miramientos, en un abrazo único y total que le permitiera al fin y de una vez por todas derrumbar la barrera de recelos que lo mantenía alejado de todo, y solo por completo.

No pasó mucho tiempo antes de que Erick conociera a Rosita, y, una vez librado del temor que le causaban al erizo sus propias espinas cuando se encontraban cerca de una piel suave, el erizo consiguió despertar cierto interés en ella.

Una tarde mientras Erick y Rosita conversaban sentados en el césped bajo la sombra de un árbol, el erizo no pudo reprimir más su añejo deseo de abandonar la soledad de sus espinas y fundirse en el calor de una piel nueva. Sin embargo, en el último instante, Erick tuvo miedo y titubeo. En lugar de entregarse en un solo abrazo único y total, que envolviera el cuerpo frágil de Rosita como un a cama tibia en las noches de invierno, el erizo detuvo su impulso inicial reduciendo su caricia a un brusco roce que terminó por herir el pecho de su amada, quien comenzó a sangrar.

Atormentado por la culpa y la vergüenza, y sin saber a ciencia cierta qué había salido mal, Erick salió huyendo para no volver, y sin oír siquiera los llamados de Rosita que intentaban detenerlo.

28/I/2008

domingo, 28 de marzo de 2010

MATUTINO

—« Je suis la Vie, l’insupportable, l’implacable Vie ! »

Charles Baudelaire


Moriré un día de estos, muy temprano, en la mañana

antes que la vida me despierte dentro

antes que regrese a este grito convulcante

que transpira humo por las coladeras

y vomita legiones por las avenidas


Moriré un día de estos, muy temprano, en la mañana

Antes de sentir la sangre rodar por mi cuerpo

Antes que emerja de la mediocridad de las sábanas

y sienta inflamárseme el pecho de viciada existencia


Ya no tendré que arrastrar mis sueños con resaca hasta el retrete

ni hacerles tragar dos aspirinas con otro vaso de resignación


Ya no veré a la puta que amanezca a mi lado

ni recordaré arrepentido el embriago de ayer

no aspiraré con largo aliento su digestión alcohólica

ni me rasparán como espinas

los vellos de sus piernas

enredadas en mi cuello


No me masturbaré recordando a la niña que amé

o mirando unas tetas y un culo de revista


Ya no tendré que colgarme el grillete en el cuello cuando salga a la calle

ni vestir la cansada sonrisa de ayer


No envidiaré el auto o la rubia que me crucen delante


Ya no tendré que mirarme la vida de frente al espejo

ni gritarle a la cara:


¡Estás jodida, reina!


Moriré un día de estos, muy temprano, en la mañana


domingo, 21 de marzo de 2010

NÓMADA

De tanto despertar al lloro

me fui rasgando la piel hasta los huesos

hasta dejar en carne viva a otro

que sangra piedras y cenizas

(a sus pies)

que muda de un sito o otro tanto a tanto

en busca de otra piel

nueva sangre

y menos lloro


en ataques de locura cargo con vísceras y sueños

lo mismo con ojos que con boca

pero no puedo evitar

llevar un sorbo de sangre

coagulado en la garganta

y un retazo de piel

adherido a alguna parte

pero un buen día me canso de andar

y busco abrigo

junto al calor de una piel nueva

me adhiero a ella

poco a poco

palmo palmo

a golpes de sangre sudor saliva y semen

y tenues caricias superficiales


Así, con nueva piel despierto y nada

ya no el ardor ni el llanto corrosivo

y ni las ganas siquiera

de arrancarme la piel

Presentación


El estertor caníbal:

La frase que da nombre a este blog tuvo su origen en un poema, "Nastassjia" (comming soon), escrito una noche de insomnio, al vuelo y sin mucha reflexión. Al volver sobre él en en subsecuentes relecturas y correcciones, esta frase me pareció quizá lo más rescatable de toda aquella maraña de versos en estado embrionario. Me di cuenta entonces que en esta frase nominal se encarnaba la imagen perfecta de mi poética: el esfuerzo desmedido de una escritura agonizante por sobreponerse al silencio, a lo ya dicho y al lugar común, pero que en su misma exigencia de alcanzar lo sublime y lo perfecto, termina por devorarse a sí misma.

Este blog estará dedicado entonces a prolongar lo más posible la agonía de mis versos (y una que otra narración), con la esperanza de que algún día puedan gozar de mejor salud y puedan al fin ponerse en pie. Aquí hallarán refugio, entonces, los escritos que, como párvulos titanes, logren escapar de las fauces de su padre y consigan, pese a todo, salvar la vida.

Lo que aquí se publique no es ni mucho menos un producto terminado. Son más bien borradores de algo que aspira ser literatura. Todo comentario será bien recibido, lo mismo toda crítica constructiva o sugerencia que pueda contribuir a mejorar mis escritos. Sí se da la feliz circunstancia de que alguien derive algún placer de la lectura de este blog, por favor, no dude en hacérmelo saber, me dará indicios de que voy por buen camino. Si por el contrario nada le parece medianamente bueno, le sugerimos buscar otras opciones de lectura en la vasta oferta de la Web.

Bienvenidos.

sábado, 20 de marzo de 2010

AMOR

¿De qué me has valido, Amor, de qué me has valido?,

si al acabarte, Amor, no queda nada, no,

todo te llevas.

Dejas sólo recuerdos de una apenas caricia,

ese herrumbroso sabor impregnado en los labios,

y el espacio vacío de la almohada y mi pecho.


No dejas nada, Amor, no dejas nada de las sonrisas

que brotaban de noche sin querer,

Ni las conversaciones de madrugada entre las sábanas.


Te vas y tras de ti se va toda esperanza

te vas y pronto viene, en un momento, la soledad.

Esta noche te vas,

ya me dejas sin nada, Amor, solo me quedo.

Y me miro al espejo, y hallo un viejo suspiro olvidado allí dentro

Y me escurre una lágrima sin demasiada tristeza

(pues hasta eso te llevas, Amor, no dejas nada)

la miro resbalar, rodar y caer de vuelta a mi pecho

y absorberse en mi ropa donde al rato se seca.


Y aun me reclamas, Amor, y aun me reclamas

cuando logro olvidarte y me acostumbro a estar solo

pues de nuevo regresas, y a buscarte me pides

que salga al instante, Amor, a correr tras de ti.